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La naturaleza como un remedio físico y espiritual – Proyecto Mekong Eden Farm

Ante los problemas globales relacionados con el cambio climático, el medio ambiente y la energía, cada vez más gente intenta reducir el impacto negativo de los seres humanos en el planeta y restaurar el equilibrio. Estamos reconociendo de nuevo los beneficios que naturaleza aporta a nuestro bienestar general. De ahí que algunas personas decidan incluso reemplazar la atareada vida en la urbe con una vida más tranquila y en contacto con la naturaleza. ¿Cómo este cambio influye en sus vidas?

En abril del 2018 visité un proyecto en Laos donde buscaba precisamente la respuesta. Om Phonepasith, un jóven emprendedor social además de granjero, lanzó un proyecto ecológico, Mekong Eden Farm, en un pedazo de jungla junto a la ribera de Mekong en el norte de Laos. Hoy, con la ayuda de dos jardineros y voluntarios, Om logra cultivar una gran variedad de plantas originarias de todas partes del mundo, incluyendo frutas y verduras consideradas como superfood.

Om es un chico sencillo con una gran visión (e increíbles habilidades cocineras y un sentido de humor excelente!).

Mekong Eden Farm es un jardín con gran diversidad de plantas que parece una pequeña jungla donde todo está mezclado. Sin embargo, detrás del aparente caos, se encuentra la minuciosamente planeada simbiosis de  plantas e insectos. Todo en el jardín está estudiado minuciosamente para entender la función que tiene cada elemento en el ecosistema.

A partir de ahí, los jardineros combinan las plantas para que colaboren entre ellas y así mantengan el sistema funcionando correctamente. Siguiendo estas técnicas de permacultura, la granja de Om puede producir  comida fresca y orgánica durante todo el año sin el uso de químicos.

Sus métodos para cultivar la tierra, al igual que su sencilla vida en la granja, revelan la firme conexión de Om  con la naturaleza. Hablando con él y trabajando todos juntos en la granja me permitió afirmar una vez más que la naturaleza ofrece mucho más que saludable y deliciosa comida y un entorno relajante. Aparte de nutrir nuestros cuerpos, la naturaleza es también una fuente de sabiduría y satisfacción espiritual.

Para empezar, la naturaleza puede servir de modelo para el orden social porque cuenta con un sistema optimizado, justo y altamente funcional donde todos los organismos cuentan. El ecosistema funciona correctamente y es sostenible solo si todos los organismos consumen justo la necesaria cantidad de nutrientes para sobrevivir y desarrollar su papel. Ese papel está estrechamente relacionado con el intercambio con otros elementos del sistema haciendo que la cadena de vida continúe.

Es un sistema donde todo es responsable de su propio bienestar pero a la vez su bienestar también depende del bienestar de otros en la cadena. Así, por ejemplo, si una planta o insecto invade espacio y consume más recursos de lo que necesita, es solo cuestión de tiempo que se quede sin comida y el equilibrio se vuela a recuperar.

De esta manera, la naturaleza muestra el valor de usar solo lo necesario y la importancia de compartir con los demás. Om explica que la vida en la granja le ha enseñado consumir menos (cosas, comida, energía, dinero…) y eso le hace sentir más responsable, independiente y eficiente. Con gran entusiasmo, expresó cómo producir y cocinar su propia comida le hacía sentir:

”Cuando compro cosas, estoy feliz en el momento en que las obtengo. Pero cuando hago algo por mi cuenta, no me siento solo feliz – estoy también orgulloso. Y el orgullo dura más. El recuerdo de obtener algo con tu propio esfuerzo se queda. Las cosas que hago yo mismo me importan más. No las tiro tan fácilmente.”

El mensaje de menos es más es especialmente relevante hoy en día cuando el consumismo está afectando no solo el medio ambiente, sino también los derechos humanos (e.g. trabajo infantíl), libertad (e.g. guerras sobre recursos y la pobreza) y la calidad de vida en general (piensa en la cantidad de personas que son infelices a pesar de sus riquezas materiales).

El equipo de jardineros – Lah y Day

Como el ecosistema está propenso al constante cambio, los granjero también aprenden a adaptarse y protegerse. Tienen que prestar máxima atención a los cambios porque solo de esa manera pueden identificar las causas principales de cualquier desequilibrio y prevenir el impacto negativo en el sistema. El estado de alerta y conciencia sobre lo que está sucediendo en todo momento les hace sentir más seguros, confiados y en control de su vida.

Otra cosa que a Om le hace sentir más seguro es el hecho de no depender de un solo cultivo. En la naturaleza, las plantas crecen y co-existen juntas y es así cómo las planta Om. Así no tiene miedo de perderlo todo si algo va mal. La vida con menos miedo le permite pensar más claramente y tomar la acción adecuada con más facilidad. Él utilizará lo que se quedó para empezar a construir de nuevo.

Algunos problemas, sin embargo, requieren la acción junta en el nivel global. Om comentó, por ejemplo, que su mayor preocupación es el cambio climático  porque es un problema aún bastante ignorado. Como se ve, al igual que cualquier otra especie en la naturaleza, el ser humano puede ser auto-suficiente solo hasta cierto punto – para sobrevivir en largo plazo tiene que colaborar con otros.

Contemplando más profundamente nuestra relación física y espiritual con la naturaleza, me quedé bastante cautivada con lo que Om dijo sobre el lazo del ser humano con la naturaleza mediante los sentidos:

”La naturaleza hace feliz. Ver cosas crecer te calma. Puedes sentir, respirar, oler, tocar la belleza de ello. Reconoces en ese instante que la naturaleza no te puede hacer daño. Es buena. Si le das valor, te lo devolverá. Somos parte de ella y por eso nos da la sensación de pertenencia.”

En un mundo donde estamos más conectados que nunca gracias a los medios de comunicación, pero a la vez nos sentimos posiblemente más solos que nunca, pasar más tiempo en la naturaleza parece una decisión inteligente. Según comento Om, el ambiente hecho por el hombre nunca podrá satisfacer de todo nuestras necesidades físicas y espirituales porque provenimos y formamos parte de la naturaleza.

Necesitamos olores de la naturaleza, sonidos de la naturaleza, vistas de la naturaleza – porque son mucho más naturalmente agradables para nuestro cuerpo y el espíritu. Efectivamente, ¿no te sientes menos estresado, preocupado o temeroso cuando estás en la naturaleza? Como lo había descrito en una de las publicaciones anteriores,  pasando tres meses aislada en la naturaleza en las islas Azores no me sirvió para pensar en lo que quería hacer con mi vida. Al contrario, me ayudó a dejar de pensar y empezar a conectar con mis sentimientos. Me hizo sentir en paz y, naturalmente, mi salud mejoró también.

El poder curativo de la naturaleza no solo reside en las experiencias agradables que aporta a nuestros sentidos. La naturaleza nos cura porque está libre de razonamiento compulsivo, cálculos, deseos, juicios, preocupaciones, temores. Puede que sea compleja en su funcionamiento, pero la naturaleza es sencilla en su existencia. Todo lo que se ve en la naturaleza es puro y auténtico en su sencillez. No pretende ser nada más ni menos de lo que es. Simplemente es. Y esa es la actitud que nos hace falta hoy en día.

Bueno, y ¿qué podemos hacer para (re)conectar con la naturaleza y restaurar el equilibrio físico y emocional? Antes de dar cualquier consejo, tengo que ayudarte a traer a la memoria tus primeros contactos con la naturaleza. Tienes que restaurar tu confianza en ella. De lo contrario, me arriesgo a que leas este post y simplemente te olvides de él!

Alguien parece estar desconectado 😳!

Mientras hablaba este tema con mi hermana, las dos nos acordamos de la misma experiencia en la infancia cuando plantamos una semilla de judía – eso era una tarea de la escuela. Tuvimos que observarla crecer y apuntar diariamente su progreso. Aún me acuerdo, todos los días nos solíamos levantar con tanto entusiasmo, motivación, propósito – solo para ver si la semilla salió, si estaba bien, si tenía suficiente luz y agua. Me hace pensar – si basta solo con mirar una semilla de judía crecer para empezar tu día con semejante alegría – ¿por qué no intentar?

Así que, si no tienen suficiente tiempo para pasar más tiempo inmersos en el ambiente natural, sea trabajando en el jardín, haciendo senderismo, montañismo o cualquier otra actividad al aire libre, entonces lleva la naturaleza a tu casa.

Entérate de donde viene tu comida. Planta tus hierbas preferidas para hacer té o condimentar la comida. Planta flores. Conocí un chico quien hasta empezó a hacer vermicompost en su apartamento en Luxemburgo! Planta lo que te apetezca, cuídalo y esté pendiente de cada paso de ese proceso creador. Sé consciente de cómo la naturaleza te hace sentir cuando la respiras, hueles, ves, oyes o sientes en tu piel. Es como la meditación.

Y entonces, si te motivas, comparte ese proceso con otros. El recuerdo de tu primer contacto y el renovado contacto con la naturaleza. Yo sé que a mí me encantaría saber más! Deja el comentario, una foto, un vídeo! Cualquier cosa que exprese cómo el contacto con la naturaleza te hacer sentir y la diferencia que hace en tu vida.

Si reconocemos que somos parte de la naturaleza, que procedemos de ella y que dependemos de ella al igual que ella depende de nosotros, podemos cuidar mejor de ella. Si no por cualquier otro motivo, entonces por lo menos para que Om no tenga que preocuparse tanto de cómo solucionar el cambio climático por su cuenta :P!

Finalmente, si buscas más inspiración o cosas interesantes para hacer en Laos, visita el sitio web de Mekong Eden Farm para obtener más información sobre el proyecto de Om, las actividades en la granja y las oportunidades de voluntariado. Si vives en Luang Prabang, incluso puedes hacer compras online y conseguir la fresca y orgánica comida de la granja!

¡Conectémonos! 🙂

Gracias Om, Mario e Ivana por las charlas que me ayudaron a desarrollar el tema!

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